Dormir bien es esencial para disfrutar de una buena salud tanto física como emocional. Garantiza el funcionamiento de los procesos cognitivos como la atención, concentración y la memoria. Además, nos ayuda a resolver más eficazmente los problemas y afrontar el estrés diario, así como a regular nuestras emociones.
Cuando se tienen dificultades para dormir, o la calidad del sueño no es buena, enfrentarse a las tareas cotidianas puede resultar agotador. Llevar a cabo las tareas del trabajo o la escuela se complica por la falta de concentración, y las relaciones sociales pueden llegar a complicarse, al sentirnos más irritables o sensibles a la frustración.
Dependiendo de si existe un déficit o un exceso de sueño, así como de la regularidad de los patrones para dormir, nos encontraremos ante diferentes trastornos de sueño.
Insomnio
El insomnio es la dificultad para conciliar el sueño tras acostarse, o la aparición despertares en medio de la noche que impiden volver a dormirse. Según el momento en que se produce, se le llama insomnio de inicio o insomnio de mantenimiento.
Es el trastorno de sueño más común en la población general. Una de cada 4 personas padece o ha padecido insomnio a lo largo de su vida.
Cuando el insomnio se mantiene a lo largo de un periodo de tiempo, empieza a afectar negativamente a la persona. Surgen síntomas asociados a esta falta de sueño como cansancio, fatiga, incapacidad de concentración, somnolencia durante el día, o bajo rendimiento en el desempeño de sus actividades.
Hipersomnia
En el trastorno de hipersomnia, la persona refiere una somnolencia excesiva durante el día, a pesar de haber tenido un episodio de sueño suficiente. A veces, tras un despertar brusco, les cuesta mantenerse completamente despiertos.
Las personas con hipersomnia suelen coger el sueño rápidamente por la noche, pero les cuesta mucho despertarse por las mañanas, parecen confundidos y desorientados y no sienten que su sueño sea reparador.
Durante los episodios de hipersomnia, la persona pierde facultades motoras, pueden aparecer déficits de memoria y sensación de mareo.
Trastornos del Ritmo Circadiano del Sueño-Vigilia
Las personas con este trastorno padecen una alteración en los patrones de sueño,es decir, su horario de sueño no se adapta a sus necesidades físicas, o a su entorno social o laboral.
Podemos encontrar a personas con las fases del sueño retrasadas, que se duermen muy tarde (más de dos horas después de lo deseado) y tienen problemas para despertarse, o inversamente, con fases del sueño avanzadas, que se duermen muy temprano y se despiertan de madrugada no pudiendo volver a coger el sueño. Existen otros tipos de hipersomnia, como el tipo de sueño-vigilia irregular, no adaptado a las 24 horas o el asociado a los turnos laborales.
Para saber las posibles causas y el tratamiento de los Trastornos de Sueño, visita la sección Trastornos del Sueño.
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